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martes, febrero 12, 2008

"Una Nueva Misión" (1)

"No pierdan nada de lo que les he dado, sino que consérvenlos hasta el final"
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Mitad del verano, en medio de este bosque del sur del mundo. Sol, verdes hojas, flores y alegría rodean a la pequeña francisca (ya de 11 años) y a Miguel su hermano mayor (ya de 14 años). Como de costumbre se despiertan temprano en la mañana para así aprovechar mejor el día, sentir el sonido de los pájaros que merodean alegremente los alrededores de la casa, respirar la brisa fresca que viene de la montaña, entre otras tantas cosas como jugar a orillas del río...

Todo esto transcurre día a día con las pequeñas tareas que el padre les da a realizar, todas son acorde a su edad, pero últimamente les ha dado quehaceres que los han sorprendido pero de paso han conocido el limite de sus fuerzas, inteligencia y sabiduría. Sin embargo hoy los pequeños notaron algo diferente en el actuar de su Padre, esa sensación grata de que algo bueno sucederá. Por lo visto no se equivocaron ya que el padre les dejó una nota en la mesa. El papel era antiguo, parecido a un papiro y estaba amarrado con una fina cinta color oro el cual decía: “Así mismo como les entregué una espada y una flor cuando pequeños (para una mayor comprensión leer texto “espada y flor”), hoy es día de una nueva misión, por esto diríjanse al frondoso árbol que está en las faldas de la colina”.

Los niños al leer este papel sonrieron y atinaron a salir de la casa lo más rápido que podían, no se fijaron ni en donde pisaban, sólo se preocuparon de levantar la mirada y llegar lo más pronto donde su padre. Después de unos cuantos segundos de alocada carrera, se encontraban frente a su padre, que les sonrío y se alegró de verlos con gran entusiasmo. Pasado unos segundos comenzó a explicarles con lujo de detalles la misión que se les encomendaba, de las partes que pasarían, los obstáculos que deberían sortear, etc. Ante esto los niños sonreían, se miraban con emoción, a veces un tanto preocupados, pero nunca dejando de lado la confianza en quien les encargaba la misión. Lo que les puedo contar acerca del diálogo de Miguel, Francisca y su Padre es el siguiente:

El padre les señaló que deberían de visitar a su amada y que para ello deberían de llevar dos presentes. Estos serían una carta de amor y un perfume. El primer regalo será llevado por Miguel porque debe de ser férreamente resguardado y el segundo lo llevará la pequeña porque sólo una mujer puede resguardar cálidamente tan frágil aroma. Y posteriormente les pasa un papel a cada uno con la misma indicación para ambos: "No pierdan nada de lo que les he dado, sino que consérvenlos hasta el final". Sin duda lo más emotivo antes de la despedida fueron las palabras del Padre a sus pequeños, sus últimas palabras comenzaron así: "Yo confío tanto en tí Miguel, como en ti mi pequeña Francisca, se que aun son jóvenes y llevar estos regalos a mi amada no es una cosa fácil. Pasar por el bosque y arriesgar sus vidas es algo osado, pero yo no les daría una misión que ustedes no pudieran cumplir. La gente dice que este bosque es impenetrable y que hasta el más viejo habitante de esta ciudad más de alguna vez se ha perdido. Sin embargo la historia no cuenta con que yo soy su Padre y que el bosque lo conozco antes de que éste fuese creado. Así que vayan tranquilos, pero con los ojos despiertos para ver diariamente las alegrías que la vida les depara y la sabiduría para alejarse de los peligros. Ante cualquier dificultad recuerden alzar su mirada al cielo y verán que de pronto les vendrá ayuda. Por el camino ustedes no irán solos, cuando necesiten compañía el viejo José estará a su lado. ¡Buen viaje mis pequeños! ¡Vengan y abrácenme que los extrañare!

Continuará...
(1) Es la primera parte de la historia