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lunes, agosto 31, 2009

"La Antesala"

"El comienzo de la Vida"
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Está todo en silencio, luz apagada y el mayor salón conocido se encuentra iluminado sólo por los rayos de luna que traspasan por aquella gran ventana de cortinas semiabiertas. Ruidos de grillos rompen el silencio en algunas noches, más esta vez, éstos no acompañan con su sonido. El silencio es tal que se interrumpe sólo con mis pisadas y el latir de mi corazón.

Y aquí sigo despierto, observando una bolita de cristal iluminada mágicamente por aquellos rayos. La miro y sonrío, soñando con hacerla rodar, con lanzarla lo más alto hasta lograr alcanzar el techo del salón. Sin embargo unos ruidos en la antesala me asustan, soltando de paso aquel preciado objeto que comienza a rodar por el salón cada vez más rápido. Inhalo asustado, tanto así que suena mi boca y me quedo rígidamente en aquel lugar, casi momificado. De pronto la bolita detiene su curso y no es porque haya alcanzado su final sino porque alguien la ha detenido. Se sienten unos pasos y se prende una lámpara de mano (muy antigua) justo en frente de mí. Trago saliva, intento arrancar pero me es imposible, muevo mis ojos y cejas en son de preocupación.

Al frente mío está nada más y nada menos que Don Olmedo, uno de los mayores conocedores de la antesala.

- Perdo…n..e Don Olme..do… - dije en voz baja y entrecortada rompiendo de paso con el silencio – se que debería de estar durmiendo y que no debería de hacer ruido a estas horas de la noche, pero...
- Tu no…
- Le ruego que me disculpe…
- Tú no debes preocuparte – dijo Don Olmedo, respondiendo esta vez más rápido que yo, tal vez para tranquilizarme – Está bien que estés despierto a estas horas de la noche, sólo si es con un propósito. ¿Qué haces Francisco Villalobos?
- Eehh bueno… - respondí sorprendido y a la vez comencé a caminar rumbo a la ventana para así ver los rayos de luna – no podía quedarme dormido y pensé que era buena idea ver de noche esta gran antesala que sólo la he visto de día y por lo que comenta
mi padre me ha dice que es una gran aventura recorrerla. Sin embargo me di cuenta que… (interrumpí mi hablar al no ver la luz de Olmedo, pero después de unos segundos, continué) ésta al menos en el día de hoy no está iluminada.
- Tienes razón – contestó Don Olmedo con voz lejana – sólo te has equivocado en una sola parte. Cierra los ojos por tres segundos y vuelve a abrirlos. Debes de confiar en mí.
- De acuerdo – contesté con tono juguetón – ya están cerrados, no veo ¡nada de nada!

Y a la cuenta de tres, abrí los ojos. Suspiraba a más no poder, no lo podía creer, en un abrir y cerrar de ojos, la gran antesala se iluminó por completo, tanto así que no alcanzaba a ver su final ni su principio, no se si estaba en la mitad de ella, pero me sentía pequeño. Si pequeño, pero un gran privilegiado, los cuentos de mi padre sobre la antesala habían pasado al olvido porque si bien habían servido, nada se compara con ver la antesala tal cual, nada se compara a no ver ni su principio ni su final. Ventanales enormes, cortinas nunca antes vistas, perfecta iluminación, ¡si! ¡Perfecta iluminación! que no se cómo lo hizo tan rápido este caballero para darle tanta calidez a un lugar sólo iluminado por unos tibios rayos de luna. Después de aquello conversamos un largo rato. Me contó historias inconclusas que en una de esas las puedo terminar, también me relató unas cuantas guerras heroicas por la libertad de nuestros antepasados. ¡Una Mágica Noche! Que terminó tan mágico como comenzó. Aquella bolita que se cayó y que recogió el viejo Olmedo volvió en el bolsillo del "pantalón cortito" esperando otra noche que vivir.


Dedicado a mi amigo "Jeremías"

2 comentarios:

Andrés Castillo C. dijo...

gracias a todos por sus comentarios!!

MENGUANTE!! hace unas semanas lei tu blog, intenté entrar a tu blog nuevamente mediante el comentario que dejaste aquí en el blog pero no puedo volver a visitar tu página. Por favor dame tu dirección para pasar por tu sitio

cuidense
y que tengan una buena semana

chauuuu

Blogs de Mayores dijo...

Hola, Andrés.
Desde el blog en apoyo al “Premio Maria Amelia López Soliño” a la mejor bitácora escrita por una persona de la tercera edad, te agradecemos el cariñoso comentario de condolencia dejado en su blog y te animamos a estimular a los más mayores a seguir su ejemplo.

Un saludo afectuoso.