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miércoles, mayo 16, 2007

"Crónica De Una Libertad"

"Antes de llegar a la libertad el más joven de dos amigos se animó a escribir, para así dejar su historia que quizás se recuerde en la nueva realidad”
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Dos amigos inseparables habían luchado con todas sus fuerzas para llegar ahora a metros de la ansiada libertad. Sonreían a cada paso que daban y constantemente soltaban una carcajada. Se recordaban de los tiempos malos, de las penurias que tuvieron que pasar, de conflictos sin sentido en donde tuvieron que callar. Sin embargo todo lo malo había quedado atrás, el cansancio se olvidó por un rato, el hambre y la sed también. Cuando estos dos amigos pensaron que esta travesía había terminado se encontraron que a la vuelta de un pequeño monte tendrían que atravesar un último obstáculo, un túnel que guardaba mitos y leyendas acerca de gente que lo había intentado cruzar. Se miraron, estrecharon por última vez sus cansadas manos y ambos mirando hacia adelante señalaron que solo había una oportunidad para llegar a la ansiada libertad: “avanzar y pasar el túnel”.

Los primeros pasos dentro de aquel túnel fueron seguros y confiados ya que aun podían tener algo de luz al avanzar, pero poco a poco el silencio comenzó a reinar y consigo trajo inseguridad y miedo al caminar. En medio de este frío escenario ambos comenzaron tímidamente a hablar, comentaban que quizás todos los cuentos que se decían de este lugar, en un instante se convertirían en realidad y ellos desafortunadamente serían los protagonistas. Lo único que podían divisar era un atisbo de luz al final, que quizás no era una luz en realidad sino que una sugestión producida por ellos al querer llegar a la nueva ciudad. Todo era oscuridad porque se encontraban en la mitad del tramo. Habían dos opciones: “retroceder y mirar a lo lejos la libertad; o avanzar y llegar a disfrutar de algo nunca antes conocido por estos dos viejos amigos”.

Después de unos segundos de silencio, se abrazaron fuertemente casi agotando las últimas fuerzas que les quedaban y se juramentaron que llegarían a la nueva ciudad. Como tenían tanto miedo decidieron recorrer el último tramo cantando para así evitar distraerse y simplemente concentrarse en caminar. A medida que cantaban los invadía una valentía, una seguridad nunca antes conocida. De repente uno de ellos, el más joven de aquellos inseparables amigos se silenció, sin embargo el viejo Pablo siguió caminando y cantando. Al poco andar el viejo Pablo se dio cuenta que no sentía la voz de su amigo José, ni siquiera los pasos de él, sino que en cambio sentía un ruido como si alguien estuviera buscando algo en la mochila de su inseparable compañero.

Permaneció inmóvil sin saber qué hacer, qué pensar, qué decir. Y al cabo de unos minutos el túnel se silenció tanto así que Pablo escuchaba nítidamente los latidos de su corazón. ¿Qué hacer? ¿Seguir? Esto era lo que se preguntaba el mayor de los amigos ya que sin José no valía la pena continuar este viaje. De un momento a otro comenzó un acelerado sonar de hojas y de pronto se escuchó el sonido de un fósforo prenderse y tras ellos se vio una hoja que fue usada como antorcha que iluminó la cara de José. Pablo ya casi sin aliento lo retó a la distancia y se acerco preguntándole porque no había le había informado de su idea. Sin palabras José le pasó la antorcha a Pablo y con la vista le enseñó un cuaderno en blanco en donde en este instante comenzaba a plasmar sus historias que lo habían llevado un día a soñar con la libertad y que sin embargo ahora a pocos minutos el intentaba de la manera más fidedigna inmortalizar. Pablo en ese momento entendió lo sucedido y se mantuvo en silencio un largo rato hasta que su amigo José terminó de escribir. José se puso en pie y guardo su cuaderno en la mochila y siguieron caminando hasta terminar con éxito esta última travesía.

No hay palabras para describir lo que Pablo y José vieron al término de este agotador viaje. El sol para ellos en este lado de la libertad era más caluroso y amigable. El sonido de las aves era incomparable. Hasta el aire que respiraban era único, era nuevo, era perfecto. Corrieron con sus últimas fuerzas hasta alcanzar el monte más alto que pudieron hallar y desde ahí se abrazaron un largo rato y conversaron de lo que tuvieron que pasar mirando desde esa tribuna la anhelada ciudad.

Extracto del escrito dejado por el “Viejo José”


pd: den una vuelta por este blog http://pausasdepaus.blogspot.com/

2 comentarios:

Anónimo dijo...

hola loco... oye muy bueno tu cuentos, es tuyo sierto... porke no cache si lo copiaste o lo creaste bueno de las dos formas esta muy bueno, cmo de dos amigos que se forjaron una amistad demasiado buena, de esos ke no hay muchos, asi como tu po viejo, exelente amigo gran apollo, cuidate, disfruto mucho de tus cuentos, ademas este era como con rima o algo asi ke le diocomo un air de misterio muy bkn en la narrativa, bueno es ke Dios te bendiga mucho amigo, cuidate byby

Safiri or Lucy, as you like!! dijo...

Holis Andrew!!

Perdon, pero no tengo tiempo de leer tu cuento hermosoooo!!! es qe tengo q estudiar Historia econ y soc!!!...asi que; PERDON!!...pero prometo que la prox vez que me pase lo leo!!!

Espero encontrarte en el msn pronto...siempre me hace bien encontrarte!!! es re interesante siempre!!!

Besos de hada

(^.^)