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lunes, mayo 21, 2007

"Tesoros En La Bodega"

"Nunca imaginé hallar una lección de vida intentando ordenar una sucia y polvorienta bodega "
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Día festivo en mi natal país. Ayer el estudio comenzó a ser fructífero recién avanzada la noche y es por eso que concluí de madrugada. Para variar me desperté con los ojos cerrados y al escuchar ruidos mañaneros, no me quedó otra opción que abrirlos. Recién ahí me enteré que no era de mañana, sino que el sol ya tenía algunos rayos calurosos de la tarde. Tenía que levantarme y ordenar mi pieza. Cuando terminé de ordenar recordé que hace unas semanas atrás mi madre me había dicho que tenía que ordenar la polvorienta bodega que está detrás de la casa, aquella bodega casi imperceptible e invisible para todos. Tenía que ordenarla, no sabía el motivo, pero algún día lo tenía que hacer. Me cambié de ropa y ahora usaba aquellas vestimentas que alguna vez fueron nuevas y que ahora solo los que viven en mi casa la conocían. Busqué la llave de la bodega y me dio risa pensar del por qué tanta seguridad para objetos olvidados, cachureos y quizás cuántas telarañas.

Lo primero que vi y no es de extrañar, fue sin duda un gran desorden. Después de sacar unos cuantos palos viejos y uno que otro fierro oxidado me encontré con un empolvado libro. Soplé como se hace en las películas y abrí el álbum de fotos de par en par. Eran fotos en blanco y negro, fotos de la infancia de mi abuelo y una que otra foto en donde salía con mi abuela. Después de unos minutos dejé el álbum al lado de la puerta para así no olvidar de llevármelo a mi pieza, porque sin duda es parte de mi familia y parte de mi historia de vida. Después de dejar el álbum, me doy vuelta y mis pies pasan a llevar un bulto tapado con un plástico negro y siento un débil sonido de una campanilla. Me agacho, descubro el bulto y veo ante mí, aquel tren que me entretuvo durante fríos inviernos y calurosos veranos de infancia. Y pensar que lo había perdido y sin embargo ahora ya grande lo vuelvo a recuperar. Así que lo dejé al lado de la puerta, donde mismo había dejado el álbum de fotos, ya que este tren es parte de mi infancia y sin duda parte de mi vida. Al correr aquel plástico negro no me percaté, que habían libros en la parte superior, así que al dejar aquel tren, escuché varios libros caer, lo cual trajo consigo una nube de polvo.

Ordené los libros del más grande al más pequeño para así dejarlos nuevamente en su lugar. Pero al terminar de ordenarlos me percato que había un libro que estaba un poco más alejado, al lado de una polvorienta esquina. Me acerqué y vi que en la tapa decía: “Segunda Guerra Mundial”. Me acordé inmediatamente del día “D” y de paso de la afamada película “Rescatando al Soldado Ryan”. Al cerrar la enciclopedia y colocar el libro en posición vertical, se desprendieron 3 pequeñas hojas que tomaron distintas direcciones en esa aún polvorienta bodega. Tomé la primera de ellas un tanto molesto, pero por esas cosas de la vida me animé a leerla detenidamente: «Marcharé al frente de ti, y allanaré las montañas; haré pedazos las puertas de bronce y cortaré los cerrojos de hierro. Te daré los tesoros de las tinieblas, y las riquezas guardadas en lugares secretos, para que sepas que yo soy el Señor… Me pregunté si será un discurso de algún general en alguna batalla en la segunda guerra Mundial, me pareció interesante, así que la guardé en el bolsillo de mi chaqueta. Me di vuelta para buscar la otra hoja y encontré algo que decía más o menos así: “El que halla su vida, la perderá; y el que pierde su vida por causa de mí, la hallará. ¡Que buen discurso de guerra!, pero éste a diferencia del otro daba una referencia: “Mt 10:39”. Y después de leer esta segunda hoja me puse a pensar, del por qué no había ordenado antes esta bodega. Me acordé de la existencia de la tercera hoja que se había caído y en ese instante escucho la voz de mi madre que me llama a almorzar. Y antes de salir de la bodega me recordé de lo bueno que había sido adentrarme en el, ya que encontré un álbum de fotos de mi familia, el tren de mi infancia y estas hojas que me han hecho volar. Sin duda estas tres cosas son parte de mi vida, pero me llamaron poderosamente la atención esas hojas escondidas en la enciclopedia, aún me falta buscar la tercera hoja y a partir de mañana entraré más seguido en la bodega y trataré de encontrar aquel libro que contiene tan inconmensurables discursos.

foto: www.ignorancia.org/uploads/images/bodega/bodega.jpg

6 comentarios:

Anónimo dijo...

me encantó




gracias




DIOS TE BENDIGA

Paus dijo...

jajajja... habías perdido tu biblia también? XD

supongo que éste no es un cuento, sino que es una historia verídica... eso creo por el estilo de la narración... si es así, que fantástico encontrarse con esas sorpresas, de la nada, de algo tan simple como ordenar una bodega, como OBEDECER... la bodega te esperaba hace rato... sácale el jugo ahora!
abrazoTs.-

Andrés Castillo C. dijo...

paus...mi cuento sera realidad o ficcion? vaya uno a saberlo... quizas es ficción quizas es realidad... lo único que tengo claro que intenta compartir una gran verdad.

chauuu

natanarby dijo...

Me cambié de casa
Antes tenía bodega
Y ahora no tengo
Y ha sido todo un replantearse muchas cosas...

1. Lo primero que aprendí es que tengo alergia y eso es un hecho, independiente de que quiera pretender que no es así...

2. Tengo mucha alergia a muchas cosas, pero la alergia al polvo roñoso de las bodegas es la peor.

3. Hay muchas cosas que guardé en la bodega un día "por si eventualmente llego a necesitarlas"...
Nunca las necesité.
Ahora necesito donde ponerlas.
Peor aún, necesito la determinación de botarlas.

Todo esto me ha hecho pensar
¿Realmente necesito todo esto?

Una regla que sólo el valor sentimental puede dejar atrás es "si han pasado 2 o 3 años y nunca lo he necesitado... probablemente no lo voy a necesitar nunca.

El corolario de esa regla es... Incluso si llego a necesitarlo algún día, es poco probable que sepa donde está y llegue a encontrarlo....

Así que así me he visto, enfrentada a una vida nueva y obligada a dejar atrás mis cuadernos de la U (Salí hace más de 5 años....) y reevaluar cada una de mis pertenencias.....

Esto me ha llevado a forjar nuevas leyes....
Cuando compro algo ahora me pregunto
¿De veras lo necesito?
Y lo más importante:
¿Tengo un lugar donde guardarlo?

Generalmente en la primera pregunta se mezclan los isgnificados de "necesito" y "quiero", pero la segunda es infalible....

Eso, parece que las bodegas de guardan historias y algo de sabiduría...

Anónimo dijo...

very nice
hay cosas q realmente nos llevan al pasado, y es lindo recordar
para no olvidar lo q uno es
lo se paso...y te da una referencia de como las cosas pueden cambiar....o permanecer

hace tiempo q no pasaba por aqui
un beso
espero estes bien

Anónimo dijo...

Hola ni idea como llegaste a mi blog, pero bueno..saludos desde concepcion...

Creo que tienes estilo en tus escritos mas este en especial no lo he leido puesto que estoy con tutito, asi que nos leemos..

Chau!